La toxina botulínica es una proteína producida por la bacteria Clostridium botulinum, que se utiliza en medicina estética y dermatología para tratar ciertos problemas estéticos y médicos. Es conocida comúnmente por su nombre comercial más popular, Botox.
El Botox se ha convertido en un procedimiento muy popular para tratar las arrugas y líneas de expresión, pero su uso va más allá de la estética. Esta potente neurotoxina se ha utilizado durante años en el campo médico para tratar afecciones como el estrabismo, el blefaroespasmo y la hiperhidrosis.
¿Cómo funciona la toxina botulínica?
Para comprender cómo funciona el bótox o toxina botulínica, primero debemos entender su acción en el sistema nervioso. Cuando se inyecta en un músculo específico, esta toxina bloquea la liberación de acetilcolina, un neurotransmisor responsable de la contracción muscular. Al bloquear esa señal nerviosa, la toxina botulínica evita que los músculos se contraigan de manera excesiva o involuntaria.
Este efecto de relajación muscular proporciona beneficios tanto estéticos como terapéuticos. En el ámbito de la medicina dermoestética, la toxina botulínica se utiliza principalmente para tratar las arrugas y líneas de expresión causadas por la actividad muscular repetida. Al relajar temporalmente los músculos faciales, se reducen las arrugas y se logra una apariencia más juvenil y descansada.
Aplicaciones del botox en medicina dermoestética
La toxina botulínica tiene una amplia gama de aplicaciones en medicina dermoestética. A continuación, se enumeran algunas de las condiciones que se pueden tratar con este tratamiento:
- Líneas de expresión y arrugas faciales: El Botox es especialmente efectivo para suavizar las arrugas en la frente, entre las cejas y alrededor de los ojos, conocidas como «patas de gallo».
- Hiperhidrosis: La toxina botulínica puede reducir la sudoración excesiva en áreas como las axilas, las palmas de las manos y las plantas de los pies.
- Contorno facial: Al relajar ciertos músculos faciales, se puede mejorar el contorno y la simetría del rostro.
- Levantamiento de cejas: La toxina botulínica se puede utilizar para levantar y dar forma a las cejas, creando un efecto de lifting no quirúrgico.
- Corrección de asimetrías: Si tienes asimetrías faciales, la toxina botulínica puede ayudar a equilibrar y mejorar la simetría facial.
¿Cómo potenciar los efectos del botox?
Si estás buscando maximizar los efectos del tratamiento con toxina botulínica, los láseres fraccionales son una excelente opción de combinación en tratamientos de la piel. Según estudios clínicos, la combinación de toxina botulínica y láseres fraccionales mejoran los resultados finales de corrección de arrugas y tensión de la piel.
- Por un lado, la estimulación de colágeno y elastina de los láseres fraccionales, ya sean ablativos o no ablativos, impulsan el resultado en cuanto a tensión y elevación de la piel de la toxina.
- Y, por otro lado, mejoran el resultado global del tratamiento ya que reducen efectos del envejecimiento cutáneo como las lesiones pigmentas y mejoran la textura y calidad de la piel, resolviendo accidentes de la piel como cicatrices.
En Alma, tenemos una tecnología innovadora que llevará tus tratamientos con toxina a otro nivel: el sistema Alma Hybrid. Este avanzado sistema combina tres tecnologías diferentes para potenciar los resultados del botox y mejorar la apariencia de la piel de manera integral.
La emisión simultánea de láser de CO2 y láser 1570 produce un efecto combinado ablativo y no ablativo en la piel para estimular el colágeno y la elastina. Estas dos proteínas son fundamentales para mantener una piel joven, firme y sin arrugas.
Al combinar ambas tecnologías, Alma Hybrid ofrece una solución completa para potenciar los efectos del botox y lograr resultados más duraderos. Al mismo efecto, esta combinación de efectos ablativos y no ablativos, produce una completa regeneración de la piel mejorando otros aspectos como poros, textura, cicatrices, lesiones pigmentadas, entre otros.
Alma Hybrid
Finalmente, Alma Hybrid emplea la tecnología Impact, un sonotrodo que permite impulsar principios activos y fármacos en la piel para potenciar su regeneración o para trabajar sinérgicamente con el láser y la toxina en la producción de colágeno. Sin duda, un protocolo de tratamiento TOP para una piel más firme, tersa y rejuvenecida.
Es importante destacar que este tratamiento complementario debe realizarse bajo la supervisión de un médico estético o dermatólogo. El profesional evaluará tu piel y determinará si eres un candidato adecuado para el tratamiento Alma Hybrid y determinará la pauta de combinación con la toxina botulínica.
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Los efectos de la toxina botulínica generalmente comienzan a notarse después de unos días y alcanzan su máximo efecto en una o dos semanas. La duración de los resultados varía de una persona a otra, pero por lo general, los efectos del Botox duran entre tres y seis meses.
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